Hace algunos meses iniciamos juntas el proceso de detección de la enfermedad de Alzheimer de mi madre, derivándonos desde el Hospital de Calella, a los distintos servicios de asistencia social y hospital de día.
He tenido la suerte de conocer a grandes personas que me han ayudado a entender mejor esta enfermedad aprendiendo primero a aceptarla, después a iniciarme en el conocimiento de las demencias, gracias a vuestras inestimables sesiones del hospital de día y de la asociación AVAH, y no menos importante, a intentar adecuar mis actuaciones y emociones, aprendiendo a ser más tolerante y generosa en mi actitud frente a la enfermedad, sin descuidar mi propio equilibrio personal como cuidadora.
En este camino, ha sido una suerte poder contar con la ayuda empática y de gran calidad humana y dedicación de personas como la trabajadora social del Hospital de día, la neuropsicòloga del AVAH, de las geriatras que han tratado a mi madre y a todas las enfermeras, auxiliares y el resto del equipo que atienden el aula de estimulación cognitiva.
Muchas gracias ¡sois fantásticas!
Agradezco también, la generosidad que han tenido los familiares que han asistido a las charlas compartiendo sus vivencias, que han sido enseñanzas para mi.
Ha sido difícil dejar atrás su vaca de recortes de revistas colgada en la pared del hospital o sus hojas de pintar y colorear, así que, tendremos que ampliar la colección, pero esa vez en mi casa. Cada vez que trabajamos ese lado artístico, nos acordaremos de todos vosotros, médicos, enfermeras, pacientes, familiares, y de la suerte que hemos tenido al compartir esta etapa de la vida juntos.
Un abrazo y hasta siempre.